3 de marzo a 8 de junio de 2008 – Museu del Cinema
Katharine Hepburn irrumpió a principios de los años treinta en Hollywood con su informalismo y dispuesta a encarnar mujeres independientes, decididas, inconformistas y siempre a punto de una réplica mordaz. Su mismo físico delgaducho se alejó del modelo de la mujer fatal, pero también apuntaba algo que no encajaba con la sumisión. En sus comedias alocadas, la vida se convierte en un juego que lleva a invertir los roles sexuales.
Con su actitud, intuida en algunos de sus personajes, Hepburn fue una rebelde en Hollywood que pagó su audacia convirtiéndose en "veneno para la taquilla". Pero su voluntad de triunfar la llevó a ganar la partida hasta ser reconocida en su madurez como una actriz de prestigio. Para conseguirlo, la fiera se domó. Con todo, no podemos dejar de asociarla al espíritu de la mujer moderna.