Lugar | Japón |
Cronología | s.XIX |
Registro | 00871 |
El llamado espejo mágico es un disco de bronce de 3 mm de grosor con una empuñadura. En una cara hay esculpidas figuras en bajorrelieve —pájaros, árboles y grafismos japoneses— y la otra, totalmente plana, está pulida y recubierta de una amalgama de mercurio que hace de espejo. Su "magia" solo se produce en condiciones lumínicas concretas: cuando una gran cantidad de luz queda reflejada por el lado del espejo, las imágenes en bajorrelieve se revelan y se proyectan en una pared, con mayor o menor precisión. Originarios de China, donde ya se fabricaban desde épocas muy remotas, fueron muy populares en Japón con el nombre de makyo, donde se utilizaban tanto para usos religiosos como seculares. Entre las temáticas religiosas era frecuente la representación de Buda Amida, del que emanan cuarenta y ocho rayos de luz, uno para cada uno de los votos que hizo como bodhisattv.
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